Contigo aprendí que el amor se
encuentra en cualquier sitio, en cualquier momento, en cualquier ser humano. El
amor no toma en cuenta los detalles, al amor no le importan las diferencias. No
se preocupa por la distancia, los idiomas, las religiones, el sexo o las razas.
El amor simplemente aparece, florece de la nada y uno se vuelve loco cuando
pasa. De repente queremos expresarnos, queremos sentirnos cerca de la otra
persona, queremos también ser correspondidos, ser amados. El amor a veces es
ciego, es despiadado y nos lastima. Pero el mundo entero sabe que el amor lo es
todo, el amor siempre nos salva.
Y Nicholas, ¿cuantas veces me salvaste?
Estando lejos, ni si quiera conociéndome. Pero me has levantado cada vez que he
caído. Simplemente sentía que tenía una razón para seguir adelante. Antes tal
vez era más soñadora, y llegue a creer que lo nuestro era posible. Pero ahora,
ahora uno toma dimensión de las cosas, se da cuenta que estaba equivocado. Y
solo deje de esa ilusión a un lado, pero el amor nunca se va.
¿Olvidarte? Nunca. Si estuviste tanto a
mi lado más que otras personas cercanas. No te imaginas cuantas veces cerraba
los ojos, los cerraba bien fuerte, respiraba, escuchaba tu voz, y me sentía en
tus brazos. ¿Loca? No, no estoy loca. Supongo que enamorada, o loca de amor en
todo caso. Y fueron mucho más las veces que lloré, lloré de impotencia. Derraba
mares de lágrimas mirando tus fotos, tus vídeos, escuchando tu música.
Preguntando en mi mente ¿Por qué no puedo ser algo más? ¿Por qué no puedo
tenerte cerca? ¿Por qué esto es imposible? ¿Por qué? ¡No quiero que esto sea imposible!
¡Quiero que aparezcas! ¡Quiero que estés acá! ¡Quiero que me ames al menos la
mitad de lo que yo lo hago! Nunca pasará.
A veces cuando ya no resisto, no
encuentro otro remedio que imaginar, crear lo que más deseo en mi cabeza. Y nos
veo a los dos ahí, juntos. Veo tu mano amarrada a la mía, paseándome por las
calles con orgullo. Te veo a ti observándome con amor, con mucho amor. Y ahí
estoy yo, sonriendo embobada ante tus ojos. Pero no es más que un deseo, algo
que se desvanece cuando me toca volver a la realidad.
Pero no todo lo que tengo es malo. El
amor me llevo a hacer locuras, locuras de las cuales estoy increíblemente
orgullosa. ¿Una? Bueno, cuando te vi por primera vez, y corrí hacia a ti sin
pensar en nada más. Cuando mis ojos se quedaron fijos en tu rostro, te sonreí,
me sonreíste. Y estire los brazos buscando abrazarte, y me correspondiste. Te
sentí rodeándome con tus brazos, haciendo contacto con tu piel suave, casi de
terciopelo. ¡Todavía vivo feliz por ese recuerdo! Si fuiste como un ángel, mi
ángel. Tu luz ilumino mi mundo cuando más lo necesité. Me diste el mejor
momento de mi vida. Y aunque tu solamente me ames como a una fanática
obsesionada más, yo puedo jurar que te amé, te amo, y te amaré siempre. No
importa lo que pase. Ese día el amor ya no cabía en mi cuerpo, todo exploto
porque por primera vez estábamos cerca. Comprobé que los sueños se hacen
realidad, pero solamente si hay amor de por medio.
Porque el amor siempre es
más fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario